miércoles, 21 de noviembre de 2012

Hoy Señor quiero hablar contigo...



HOY SEÑOR…

Señor, hoy quiero hablar contigo. Siempre he deseado hablar contigo.

Concédeme la luz y la paz interior para susurrarte lo que me está pasando y sentirme escuchado por Ti.

Nunca me abandonaste.
En medio del dolor, siempre me fortaleciste y me diste consuelo.

He alcanzado una sabiduría que no busqué, que me diste por puro amor.

Hoy es tiempo de una gran prueba interior. Tu purificación para conmigo la siento a flor de piel.

Te siento como el podador, estás arrancando de mi lo que no sirve.

Sé, y con dolor experimento que estás preparando el terreno para que ello suceda: una prueba aquí, una cruz allá, un disgusto aquí, una obstinación acá, y mi fragilidad que me llena de miedos.

Estás revelando la toma de conciencia de mis propias respuestas interiores para convertirme. Me llevas a lo más profundo de mí mismo.

Lo primero que formaste de mi cuerpo fue el corazón, y sé que a él solo se llega por el camino que Tú bien conoces.

Me sedujiste Señor, me estás llevando a lo íntimo de mi corazón. Allí no tengo miedo, me siento seguro y muy cerca de ti.

Que me falte todo, eso no me interesa, sólo el amor me mantendrá firme y fiel a Ti, y eso te suplico mi Señor. Que nunca me falte el amor a Ti.

He deseado servirte, por eso fortaléceme Señor, ten misericordia de mis debilidades. Quiero tu querer, aunque me duela y deba romper mis proyectos.

Acepto de corazón lo que me sucede, sé que así Tú me purificas, pues después de cada prueba experimento sanación y felicidad.

Sé que no seré defraudado, porque confío en Ti, descanso como un niño en brazos de su madre. No porque desee yo estar así, sino porque siento que Tú así me quieres proteger.

No sé como lo haces, sí sé que siempre triunfas y así escapo como el pájaro de la trampa del cazador. ¡De tantas me sacaste y salvaste!

Tu sabes que este sufrimiento es porque soy débil, yo sé que es así, porque siempre me has protegido y nunca me faltó nada.

Gracias Señor. Aumenta mi fe y mi amor a Ti. No me sueltes de tu mano. Tu Discípulo quiero ser.   Amén

Volveremos a nuestras tradiciones



Los jóvenes sacerdotes que hemos vivido la modernización de la Iglesia y que hemos luego optado por la tradición y la doctrina católica, pensamos:
Aquellas cosas tan "a la onda" que nos mostraron, aquel progreso de la Iglesia, no era más que un lindo deseo. La verdad... a nuestro alrededor hoy la Iglesia se cae a pedazos. El progresismo y la modernización católica nos han heredado el peor de los frutos posibles: una Iglesia en franca decadencia. Y todo por querer adaptarse al mundo.





¡No iremos por ese camino! Nosotros, en cambio, volveremos a nuestras tradiciones y enseñaremos al pueblo el santo rosario y la devoción a la Virgen, les enseñaremos a comulgar de rodillas y a amar a Cristo Eucaristía, les enseñaremos el valor del matrimonio y la altísima dignidad del sacerdocio y del celibato, les enseñaremos a hombres y mujeres a vestir decorosamente y promoveremos el uso del velo, les enseñaremos el catecismo y les haremos aprender los mandamientos. Vestiremos la sotana y enseñaremos a amar a la Iglesia. 





Además, nos gustará la música gregoriana, la polifonía sagrada y los cantos clásicos. Reeducaremos al pueblo en el amor a Dios y a la Iglesia. Y les diremos que Cristo no fundó más que una sola religión.
¿Les parece retrógrado? Pues piensen lo que piensen, la Iglesia católica del futuro (y ya el presente) somos nosotros.
Gracias S.S. Benedicto XVI y todos los que en estos tiempos nos han dado ejemplos de fe y devoción. Nosotros los jóvenes sacerdotes seguiremos firmes militando bajo la bandera de Cristo.
¡Que viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!

R. P. Jorge Miguel Martínez Florentín
Comunidad Misionera de Jesús, Paraguay

                                                                     Visto en: Juventutem Argentina

martes, 20 de noviembre de 2012

Sacrificio de Amor

El sacrificio de la Misa es sustancialmente el mismo de la Cruz, en cuanto el mismo Jesucristo que se ofreció en la Cruz es el que se ofrece por manos de los sacerdotes, sus ministros, sobre nuestros altares; mas, cuanto al modo con que se ofrece, el sacrificio de la Misa difiere del sacrificio de la Cruz, si bien guarda con éste la más íntima relación.
                                                                          Catecismo Mayor de San Pio X; punto 656


Es la Santa Misa el verdadero y único Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo ofrecido en la Cruz, que se actualiza diariamente sobre nuestros altares. Es por ello, que cada uno de nosotros debemos ir a este Sacrificio con el corazón y el alma dispuestos para alcanzar las gracias que nos son necesarias para nuestra santificación diaria.
En el mundo actual en el que vivimos se niega todo sacrificio, la Misa ya no es vista como esa actualización única y constantes del Único y Verdadero Sacrificio ofrecido en el Ara de la Cruz para nuestra salvación. Se prefiere el show, lo mediático, al silencio y la plegaria del corazón.
Es por eso que está en nosotros poder cambiar esta triste realidad, esta en nosotros sacerdotes dar el verdadero culto agradable a Dios, y dando ese culto poder llevar la santificación de las almas.
Dejar de lado nuestro "yo" para que verdaderamente viva EL. El pueblo no nos necesita a nosotros, no quiere que nosotros seamos "dios", el pueblo fiel necesita de Dios, de su Palabra, del Único y Verdadero Sacrificio celebrado con dignidad para Gloria y Alabanza de su majestad.
Dios te bendiga.
Hno Felipe de Jesús dj

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El Señor es nuestro Pastor



El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
 y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Esperar en Dios


Al leer la Palabra de Dios, nos encontramos con hombre y mujeres que a lo largo de la Historia de la Salvación esperaron en Dios. Abraham, nuestro padre en la fe, tiene que esperar 100 años para que Dios lo bendiga con un hijo, esa espera en tiempo de Fe, una veces con esperanza y otras con desesperación. 
Dios que parece lejos, y tardo a los ruegos de Abraham, pone en prueba la fe y la esperanza de este gran hombre de Dios.

Si miramos, hoy nosotros a nuestro alrededor, vamos a descubrir que estamos llamados como Abraham, a esperar en Fe. Esperar su tiempo, que no es el nuestro. Esperar su Misericordia, que no es la nuestra. Esperar su Promesa, que lejos está de parecer a nuestras humanas promesas.

Dios es fiel, y en esa fidelidad nos espera, y espera que nosotros Esperemos en sus promesas.

Que el Señor te bendiga y bendiga tu Espera.
Hno Felipe de Jesús dj

lunes, 5 de noviembre de 2012

Serviam, para ser Santos


El "non serviam" de Satanás ha sido demasiado fecundo. —¿No sientes el impulso generoso de decir cada día, con voluntad de oración y de obras, un "serviam" —¡te serviré, te seré fiel!— que supere en fecundidad a aquel clamor de rebeldía? (san Josemaría Escrivá)

Días atrás, en una de las parroquia confiada a nuestro cuidado, se organizo la "Fiesta de los amigos de Jesús"; todos estaban invitados a celebrar la Fiesta de Todos los Santos y cada uno a poder vestirse del Santo que más le inspire o de la devoción particular.

Quedé impresionado con la respuesta de la comunidad parroquial, del más pequeño al más grande no dudaron en vestirse como los santos, y no solo vestirse sino también en dar testimonio por las calles de la ciudad de lo que verdaderamente debemos vivir y a lo que verdaderamente debemos aspirar en nuestra vida cristiana.

Debemos ser sembradores de santidad, debemos propagar la santidad en un mundo corrompido por la muerte y el pecado. Debemos cambiar el "non serviam" de satanás, como nos enseña San Josemaría; ser fieles, ser constante en el camino de la santidad, a pesar de nuestras caídas  a pesar de nuestras rebeldías, ser Santos, esforzarnos por ser fieles al Señor cada día y poder así participar de la gloria del Reino.

Que el Señor te bendiga y la Virgen te proteja.

Hno. Felipe de Jesús dj