domingo, 25 de diciembre de 2011

viernes, 23 de diciembre de 2011

La Salvación esta cerca

Cerca, la Salvación esta cerca... Tocando a las puertas de nuestros corazones esta tocando José y María y en su seno castísimo la Salvación que ya llega.
Corramos presurosos para abrirle apenas llegue a nuestra puerta a tocar porque es el regalo de la Salvación que desde toda la eternidad pensó nuestro Padre Dios en enviarnos para redimirnos en medio de esta tierra de pecado. 
Dejemos el pecado, la oscuridad y corramos hacia la Luz que viene a iluminar nuestras sombras de pecado y de muerte.
La Salvación esta cerca... muy cerca...

Hno Felipe de Jesús dj

viernes, 16 de diciembre de 2011

Adviento tiempo de esperanza.

Vamos caminando en este Tiempo del Adviento, preparando nuestros corazones para celebrar la alegría del Nacimiento de nuestro Redentor. Y mientras caminamos hacia la Navidad ya cercana debemos encender en nuestros corazones la llama de la esperanza, por la Salvación ya cercana; Adviento es el tiempo de la esperanza; esperanza porque fuimos rescatados por medio de la Encarnación del Verbo; esperanza porque Dios es fiel a su Palabra y no nos abandona en esta tierra de pecado.
Seamos como Juan el Bautista, llevemos la Luz, seamos testigos de la Luz, en un mundo que da la espalda a Dios, ese Dios que desde toda la Eternidad trazo un plan de Salvación.
Vivamos el Adviento en alegre esperanza...

EL SEÑOR ESTA CERCA!!! 
VEN SEÑOR JESÚS....!!!

miércoles, 14 de diciembre de 2011

VENI, VENI, EMMANUEL...




Veni, veni, Emmanuel,
Captivum solve Israel
Qui gemit in exilio,
Privatus Dei filio.

Gaude. Gaude. Emmanuel;
Nascetur pro te, Israel

Veni, veni, O Oriens;
Solare nos adveniens.

Noctis depelle nebulas,
Dirasque noctis tenebras.

Gaude. Gaude. Emmanuel;
Nascetur pro te, Israel

Veni, O Jesse Virgula; Ex hostis tuos ungula,
De specu tuos tartari; Educ, et antro barathri.

Gaude. Gaude. Emmanuel; Nascetur pro te, Israel
Veni, veni, Adonai, Qui populo in Sinai
Legem dedisti vertice; In majestate gloriae.
Gaude. Gaude. Emmanuel; Nascetur pro te, Israel






























































domingo, 11 de diciembre de 2011

Santa María de Guadalupe

Santa María de Guadalupe, Salva nuestra Patria y conservanos la Fe.
Haz Madre que cada día escuchemos tus palabras:
No estoy yo aquí que soy Tu Madre?
Y escuchándolas podamos vencer al Mal.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Tota pulchra

Tota pulchra es, Maria,
et macula originalis non est in te.
Vestimentum tuum candidum quasi nix, et facies tua sicut sol.
Tota pulchra es, Maria,
et macula originalis non est in te.
Tu gloria Jerusalem, tu laetitia Israel, tu honorificentia populi nostri.
Tota pulchra es, Maria.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Nuestra Señora del Adviento...

María, humilde hija de nuestra estirpe,
circundada de belleza y de todas las gracias,
tú cristal purísimo, fuente incontaminada,
saliste de las manos creadoras de Dios
para dar inicio a tierras y cielos nuevos.

Tú, María, maravilla de Dios,
estás revestida del esplendor de santidad,
que siempre dona vida nueva
y lleva a nuestro mundo viejo
a los orígenes de la pura creación.

En ti, mujer humilde y acogedora,
la palabra eterna fija morada,
la humanidad entera conoce el gozo
de la liberación y de la esperanza;
y para todos se abre una estación de vida verdadera.

María, en este Adviento
que precede a la venida de tu Hijo,
haznos atentos a la Palabra que crea,
purifica y renueva,
que reconcilia, santifica y colma de gozo,
para que también en nosotros
el Verbo pueda hacerse carne. 
Revístenos de tu vestidura de salvación,
regálanos un poco de tu luz de gracia y santidad
y haznos capaces de derramar
a nuestro alrededor
un poco de tu perfume, de tu belleza espléndida,
que sola salvará el mundo y lo unirá en la paz.
(M.Q )

viernes, 2 de diciembre de 2011

Enseñame a buscarte...

Deja un momento tus ocupaciones habituales, hombre insignificante, entra un instante en tí mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones agobiantes y aparta de ti las inquietudes que te oprimen. Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un momento en él.

Entra en lo más profundo de tu alma, aparta de ti todo, exepto Dios y lo que puede ayudarte a alcanzarlo; cierra la puerta de tu habitación y búscalo en el silencio. Di con todas tus fuerzas, di al Señor: «Busco tu rostro; tu rostro busco, Señor.»


Y ahora, Señor y Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo te encontraré.

Si no estás en mí, Señor, si estás ausente, ¿dónde te buscaré? Si estás en todas partes, ¿por qué no te veo aquí presente? Es cierto que tú habitas en una luz inaccesible, ¿pero dónde está esa luz inaccesible?, ¿cómo me aproximaré a ella?, ¿quién me guiará y me introducirá en esa luz para que en ella te contemple? ¿Bajo qué signos, bajo qué aspecto te buscaré? Nunca te he visto, Señor y Dios mío, no conozco tu rostro.

Dios altísimo, ¿qué hará este desterrado, lejos de ti?, ¿qué hará este servidor tuyo, sediento de tu amor, que se encuentra alejado de ti? Desea verte y tu rostro está muy lejos de él. Anhela acercarse a ti y tu morada es inaccesible. Arde en deseos de encontrarte e ignora dónde vives. No suspira más que por ti y jamás ha visto tu rostro.

Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi Señor y nunca te he visto. Tú me creaste y me redimiste, tú me has dado todos los bienes que poseo, y aún no te conozco. He sido creado para verte, y todavía no he podido alcanzar él fin para el cual fui creado.

Y tú, Señor, ¿hasta cuándo nos olvidarás, hasta cuándo dejarás de apartar tu rostro? ¿Cuándo volverás tu mirada hacia nosotros? ¿Cuándo nos escucharás? ¿Cuándo iluminarás nuestros ojos y nos mostrarás tu rostro? ¿Cuándo accederás a nuestros deseos?

Míranos, Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Colma nuestros deseos y seremos felices; sin ti todo es hastío y tristeza. Ten piedad de nuestros trabajos y de los esfuerzos que hacemos por llegar hasta ti, ya que sin ti nada podemos.


Enséñame a buscarte, muéstrame tu rostro, porque si tú no me lo enseñas no puedo buscarte. No puedo encontrarte si tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, te desearé buscándote; amándote te encontraré, encontrándote te amaré.

San Anselmo; Proslógion cap. 1