Decía San Josemaría Escrivá de Balaguer en una de sus meditaciones del libro llamado Forja:
Dirígete a la Virgen, y pídele que te haga el regalo —prueba de su cariño por ti— de la contrición, de la compunción por tus pecados, y por los pecados de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos, con dolor de Amor.
Y, con esa disposición, atrévete a añadir: Madre, Vida, Esperanza mía, condúceme con tu mano..., y si algo hay ahora en mí que desagrada a mi Padre-Dios, concédeme que lo vea y que, entre los dos, lo arranquemos.
Continúa sin miedo: ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen Santa María!, ruega por mí, para que, cumpliendo la amabilísima Voluntad de tu Hijo, sea digno de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesús.
Cuan actual son estas palabras que nos vienen de la mano de este santo. Cuanta necesidad tenemos de recurrir con animo confiado a Nuestra Señora, ponernos en sus manos maternas para que Ella nos lleve al corazón de su Hijo Jesús.
Faltan muy pocos dias para celebrar la Solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora, se nos presenta la oportunidad de recurrir a Ella, de confiar en Ella, de dejar en sus manos todo aquellos que nos impide llegar hasta Él, no tengamos miedo y vallamos al regazo de Nuestra Señora.
Hno Felipe de Jesús dj
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