Al vencedor le dare el trono...
"Quien no es tentado no es probado, y quien no pasa la prueba, no adelanta" (San Agustín)
Vivimos en este valle de lágrimas en un eterno combate, las armas están dadas a cada uno de nosotros, solo tenemos que tomarlas.
Tomar los sacramentos, el rosario, las oraciones y presentar batallas. Muchas serán las ocasiones de presentarnos en la batalla o de huir de ella; muchas serán las oportunidades de ceder ante el pecado y muchas serás las oportunidades en las que saldremos victoriosos, y con el auxilio divino no caeremos.
Debemos día a día luchar, levantarnos, seguir; porque "somos ciudadanos del cielo" (confr Flp 3, 20) y el cielo solo lo podemos ganar presentando batalla, porque en el cielo hay lugar para los que luchan codo a codo con el Cordero.
"Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a si mismo, acepte su cruz de sufrimientos de cada día y sígame" (Mat. 16,24).
Sigamos al Cordero sin mancha, presentemos la batalla; el mundo, el demonio y la carne nos esperan; vallamos a su encuentro revestidos con el armadura de la fe, de la oración, de los sacramentos; no abandonemos a Dios en medio de la batalla... ganemos el cielo y arrebatemos la corona que tenemos preparada.
"Qui vicerit, dabo ei sedere mecum in throno meo, sicut et ego vici et sedi cum Patre meo in throno eius..." (Ap 3,21)
No hay comentarios:
Publicar un comentario