martes, 31 de julio de 2012

De cara frente al Misterio

"Es necesario que Él crezca y que yo disminuya" (Jn 3, 22 ss)


Vivimos constantemente enfrentados al Misterio de un Dios escondido, de un Dios vivo y real, que en la Eucaristía se quedó para ser alimento, para ser nuestro sustento en medio de nuestra debilidad. Ese Misterio que sobrecoge y del cual no somos capaces de comprender en su totalidad, es ante el cual debemos vivir de cara, de verdad, de pureza y simplicidad.
Este Misterio que contemplamos y que cuando comulgamos (debidamente preparados) obra en lo profundo de nuestros corazones.
Este es el Misterio que nos tiene que llevar a disminuir. Disminuir a nuestro orgullo, nuestra vanidad, nuestro yo para que brille Él.
Es necesario que Él crezca y nosotros disminuyamos, como lo hizo Juan el Bautista, que no dudo en "desaparecer" para que Él brille de Verdad.

Hno Felipe de Jesús dj

Rigor liturgico




Me viste celebrar la Santa Misa sobre un altar desnudo —mesa y ara—, sin retablo. El Crucifijo, grande. Los candeleros recios, con hachones de cera, que se escalonan: más altos, junto a la cruz. Frontal del color del día. Casulla amplia. Severo de líneas, ancha la copa y rico el cáliz. Ausente la luz eléctrica, que no echamos en falta.

     —Y te costó trabajo salir del oratorio: se estaba bien allí. ¿Ves cómo lleva a Dios, cómo acerca a Dios el rigor de la liturgia?


San Josemaría Escrivá